El toro que se vistió de rojo
Ya han pasado casi dos temporadas desde que el hijo predilecto de Red Bull abandonó las filas de la escudería austriaca para mudarse a Maranello donde le esperaba el legendario equipo del caballo rampante. Aquel que marcó la diferencia durante cuatro años seguidos ante su propio compañero de equipo y sus competidores más cercanos, siendo Ferrari y McLaren las escuderías que pudieron plantarle cara en estos años de hegemonía para la bebida energética que demostró que sí que daba alas aunque en los años de la era híbrida no acertasen con la fórmula mágica.
El cambio era obvio, al abandonar Fernando Alonso, el único piloto estrella que tenía la escudería desde la retirada de Michael Schumacher en 2006, año en el cual Fernando consiguió su último título mundial; Sebastian Vettel se postulaba como la opción más acertada de toda la parrilla ya que contando con cuatro títulos mundiales en su haber, ser elogiado y recomendado por el mismo Schumacher durante su vuelta a la categoría reina durante las temporadas 2010-2013 en el equipo MercedesGP-MercedesAMG, ser uno de los pilotos que terminaban contrato esa temporada y el hecho de que Red Bull no pudo darle un coche competitivo consiguiendo así la peor temporada de su carrera desde que ascendió a la parte alta de la parrilla en un equipo TOP (no cuento sus temporadas en Sauber o Toro Rosso), fueron un cúmulo de circunstancias que empujaron al alemán a desplazarse a los boxes de color rojo a pesar de conocer de primera mano los años de sequía que sufría la escudería desde la temporada 2007 en la cual Kimi Räikkönen se llevó el título por escasos 3 puntos.
Después de esta puesta en escena paso a debatir sobre la actuación de Sebastian Vettel como piloto titular de Ferrari. Tras la caótica temporada de 2014 en la cual Ferrari quedó desplazado al cuarto puesto en el ranking de escuderías, Vettel tuvo entre sus manos el volante de un monoplaza mucho más competitivo en 2015 pudiendo disputar así la segunda plaza del mundial a su compatriota de Mercedes, Nico Rosberg. En cambio en la actual temporada 2016 le estamos viendo sufrir en una cuarta posición con una diferencia de cuatro puntos frente a su compañero de equipo y una segunda posición como la mejor de todo el año en el GP de Montmelo (España).
Los números no mienten, el alemán no ha resultado ser mal fichaje para la escudería, ya que a pesar de no resultar ser aquel salvador que devolvería a la cima a Ferrari, sí que es verdad que en cuanto a puntos en carrera y actuaciones siempre suele estar por encima de un campeón del mundo de la talla de Kimi Raikkonen. ¿Pero basta con solo ser buen piloto para poder ganar un mundual? Lógicamente la respuesta es un no como una catedral. El delito que cometió Vettel en mi opinión es no haber intentado mejorar la estructura interna del equipo, cosa que el 99% de los pilotos no hacen. Las pruebas de neumáticos para la próxima temporada, los números recabados durante el número notable de vueltas en los entrenamientos libres, su experiencia como piloto... Todo eso es lo mínimo que se le exige a un piloto de su categoría (y más con el contrato millonario que tiene) pero como hemos podido ver en la actualidad, el equipo ha ido perdiendo una gran cantidad de integrantes (ingenieros, mecanicos, jefes de equipo...) que tenían bastante experiencia en la categoría reina mientras que no hemos oído nuevos fichajes con nombres reconocidos.
Cuando Michael Schumacher dejó Benetton para irse a Ferrari, blindó en su contrato a una gran cantidad de ingenieros y mecánicos de confianza. Resolución: ganó cinco campeonatos del mundo seguidos. ¿Qué es lo que tendría que haber hecho Vettel al marcharse de Red Bull? Supongo que durante tanto tiempo en la escudería de bebidas energéticas sabría quién de su equipo había sido imprescindible en sus cuatro campeonatos mundiales y yo en su lugar hubiera intentado llevarle a mi terreno (Ferrari en este caso).
Moraleja de toda esta historia: no vale con ser buen piloto también necesitas personas de confianza detrás. Para quitarle un poco de culpa a Vettel quiero recordar que este fichaje se realizó de una forma rápida y no se cuántos ingenieros y mecánicos de su equipo terminaban contrato el mismo año que él.
Este es el último año de la era híbrida. ¿Podremos ver el año que viene de nuevo a un pentacampeón del mundo a lomos del caballo rojo? Quién sabe pero una cosa es segura, peleará por estar en la cima.
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